Voy a arrojar la sal de mis lágrimas al mar. Enmudecido gritaré tu nombre hasta que llegue a los oídos de la luna. Voy a bendecir el primer día en verte sonreír. Sin piernas voy a correr por las praderas y sentir tu aliento con el viento. Voy a revivir el último momento antes de verte de lejos doblar aquella esquina. Se me acaban las esperanzas, pero te inventaré en cada momento donde nunca estuvimos.
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